domingo, noviembre 19

Éxtasis

He encontrado el paraíso en la tierra, y se llama “La mallorquina”. Me he zampado seis docenas de diferentes galletas, de todo tipo. Y he probado una cosa muy rica que se llama “napolitana” y que está rellena de crema. Todos los parroquianos me miraban con asombro cuando devoraba y llenaba todo de migas, pero es que no estaba para clases de urbanismo. Tras beberme siete batidos de chocolate y pagar me he sentido como nuevo. He dado un paseo, y no he entendido como es posible que exista medio centenar de “Museos del jamón” y no haya ningún “Museo de la galleta”. Unos chicos muy simpáticos me han pegado media docena de pegatinas que dice “Fuera moros de Madriz” y “ZP queremos la verdad del 11-M”. Me las comí de postre...

Madriz, madriz


El taxista que me llevaba de Barajas a la Puerta de Sol ha asegurado que le sonaba mi cara, y se ha empeñado en decir que yo era un tal Federico Jiménez nosequesantos. El pesado ha insistido que menos mal que existen hombres como yo, que España está llena de rojos y masones, que se rompe por culpa de un tal ZP y que habría que linchar a todos los vendepatrias. Me ha pedido un autógrafo y ha insistido en que tengo que dar caña a un tal Pepiño y a un tal Nocilla. No me ha cobrado la carrera y me ha regalado la foto de un tal caudillo, “que debería volver y poner orden”. Cuando se ha ido me la he zampado (tenía mucha hambre), y estaba un poco rancia. Ya estoy en la Puerta de Sol, y veo que en una esquina hay una pastelería. Voy para allá...

Chung-air

A pesar de los gritos de los productores y sus abogados, me he comido el contrato y me he ido al aeropuerto. El problema ha sido cuando he subido al avión. Por fuera no tenía muy buena pinta, pero por dentro parecía un estercolero. Tras sentarme en un asiento en el que no me cabía el culo, he preguntado por el almuerzo y si había ricas galletitas en él. La azafata se ha puesto a reír y me ha dicho que no es de buen tono emborracharse a las nueve de la mañana. No nos han regalado ni un triste vaso de agua, y los productos del “bar” (vamos, el cutrecarro que empujaba una azafata con cara de perro) tenían unos precios estratosféricos. Me han tenido seis horas sin tomar nada, y los cabrones habían cortado el agua de los lavabos. Tras compartir con el pasajero alcohólico de al lado un trago de su petaca (el coñac Old Rhino Skin no es precisamente mi bebida ideal, prefiero un batidito para mojar galletas), me he sentido fatal y he tenido que calmar las nauseas leyendo las memorias de Demis Roussos. Pero al fin he aterrizado en Barajas, y creo que mi vida va a ser mucho mejor a partir de ahora...

A la mierda


Estoy harto. Que le den por culo a Barrio Sésamo, a la puta rana Gustavo-Gustava, a los productores, a los niños, al gilipollas oligofrénico de Coco y al pesado del Conde Draco. Me largo, por las buenas o por las malas. Y me voy para España, que tiene un rico abanico de galletas: las María, los surtidos Cuétara, las Birba, las Fontaneda, las Chiquilín, las tostadas... Ummmm, nada más pensarlo ya me humedezco. Decidido, me pillo un billete en Chung-air y me voy para allá.

Fracaso

Ni una puta galleta: los putos gordos que vinieron ayer de visita no me dieron ni una. Cuando me puse a hacer monerías delante suyo y les imploré que me echaran alguna, me dijeron que una mierda, que ellos tenían hambre y que no me iban a dar ni una miga. Un cabrón me echo un trozo de goma de nata, de esas de marca Milán, y me dijo que era una Artinata. Qué asco. La infancia ya no es lo que era, esas montañas obesas no comparten su chucherías con un pobre monstruo hambriento...

Tengo un plan


Mañana viene un colegio a visitar los estudios, y eso significa que docenas de niños vendrán provistos de refrescos y galletas. Tengo que conseguir robarles sus manjares sin que se pongan a gritar. Creo que tengo un plan, me pondré a hacer el tonto delante de ellos para que me echen galletas, como si yo fuera una foca, y así me pondré morado. Los productores no podrán hacer nada para evitarlo, sería un escándalo que reprendieran a los niños por darme de comer. Creo que va a ser un gran día, ya me lo estoy imaginando, rodeado de Marías, Oreos y Artinatas...

Vuelta a la tranquilidad

Gustavo-Gustava ha sido perdonada por los productores, y ya no me acosa. Gracias al vídeo que colgaron en Internet se ha liado con Tony Rabone, el heredero natural de Nacho Vidal. Se ve que esta ranita era el ídolo infantil de Tony (también conocido como Mr. 45 centímetros), y al descubrir que era hembra, y viciosa, se puso en contacto con ella. Ahora está feliz con su dos kilos de carne en barra y pasa de mí. Un problema menos, ahora sólo he de buscar la manera de conseguir galletas.

Porno-star


Me cago en todo. Me he convertido en una porno-star. Billy ha colgado en la red el polvo con Gustavo-a, y ahora tengo ofertas de todas las productoras. Private quiere rodar una serie de seis películas en el Caribe conmigo y con la maldita rana. Los productores de Barrio Sésamo han tenido que denunciar con demandas a medio universo para parar la distribución del vídeo. Llevo tres días sin comer galletas y he adelgazado cinco kilos. Soy cada día más desgraciado.

jueves, noviembre 16

Liberación

Creo que me voy a librar de Gustavo-Gustava durante un tiempo. La rana imbécil no se dio cuenta que una webcam que había en la sala de editaje grabó nuestro polvo salvaje, y los guionistas la han apartado de la plantilla como medida cautelar. A los niños que ven Barrio Sésamo les dirán que se ha ido de vacaciones a la Antártida, y que a su vuelta les contará lo simpáticos que son los pingüinos. Ya no me violarán, pero me he quedado sin suministro de galletas.

martes, noviembre 14

Sala de editaje

Hoy me he follado a Gustavo-Gustava en la sala de editaje de Barrio Sésamo (¿O me folló ella a mí?). Pasé por allí para ver si quedaba algún resto de galletas, ya que Billy, uno de los ayudantes, es un adicto a las Artinata, cuando la puta rana ha entrado detrás de mí, ha cerrado la puerta, me ha enseñado un surtido Cuétara y me ha mirado lascivamente. Ha estado especialmente miserable, y me iba dando tres galletas cada vez que se corría. He quedado para el arrastre, y me he sentido como los yonkis que se prostituyen para conseguir un pico. Sólo que yo lo he hecho por unas sabrosas galletitas. Mi vida es una mierda...

lunes, noviembre 13

Acoso

La rana Gustavo-Gustava sigue acosándome. Cuando me niego a acceder a sus peticiones sexuales saca de su bolso un paquete de Chiquilín o de Oreo, y acabo empalándola para que me dé las ricas galletas. Soy demasiado débil, y mientras los guionistas de Barrio Sésamo no me den galletas estoy a merced de este batracio ninfómano. Me va a dejar la polla en carne viva.

viernes, noviembre 10

Atrapado

Hoy ha sido un día triste. Estaba tranquilamente en mi camerino, pasando hambre y pensando en las galletas que no me dan, cuando entró la rana Gustavo-Gustava en mi camerino y se encerró. Me miró con ojos libidinosos y me dijo que iba a hacerme suya. Yo me negué y amenacé a gritar. Pero de repente sacó de una bolsa tres paquetes de María Fontaneda y me dijo “¿Los quieres? Ya sabes el precio...”. Fui débil y caí, llevaba demasiadas horas sin catar ricas galletas. Dios mío, me he follado a una rana. Para poder comerle el coño tuve que untarlo previamente (diciéndole que me daba morbo y que era un jueguecito) con galletas machacadas. Eso sí, que ricas estaban...

Ayer me pesaron, y he adelgazado dos kilos, a pesar de todos mis intentos por ganar peso consiguiendo galletas de manera ilícita. Estoy preocupado, y he robado el sandwich de mantequilla de cacahuete al Conde Draco. No es una galleta, pero menos da una piedra...

miércoles, noviembre 8

Violación

Diablos, Gustavo-Gustava casi me viola hoy. Me ha dicho que estaba harta de traerme galletas a cambio de nada, y se abalanzó sobre mis partes. ¿Os imagináis lo que es que una rana te intente hacer una felación? Nada más sentir su boca di un salto y me fui corriendo al cuarto de revelado, y estuve encerrado allí diez horas seguidas. Tenía tanta hambre que me dediqué a lamer los negativos. No sé lo que pasará cuando me vuelva a ver. Tendré que comprarme un cinturón de castidad.

martes, noviembre 7

Gustavo

Lo que vosotros no sabéis es que Gustavo no es Gustavo. Es Gustava. ¿No os habéis fijado que no se le ven los huevecillos a pesar que va en pelotas? Y Gustava me está empezando a tirar los tejos. A mí no me gusta nada, pero he intentado que me consiga galletas, haciéndome querer. Luego veremos si huyo o le doy un achuchón. Y la chica se lo monta bien, tiene algún enchufe y me suministra, de momento, todo tipo de dulces. Pero temo por mi honra, porque ayer vino con ligueros y tanga al estudio. Sin nada encima...

lunes, noviembre 6

Soborno

He tenido que dejarme sodomizar por un empleado de la limpieza, que a cambio de mis favores carnales me saca cada día de los estudios en su carrito. En la hora que estoy fuera puedo aprovechar para ir al paquistaní de la esquina a comprar unos cuantos paquetes de galletas de chocolate. De momento no me han pillado, porque creen que duermo la siesta en mi camerino. Pero temo que me pillen el jueves, que es el día de la semana que me pesan para comprobar que la dieta a base de frutas, verdura y biomanán funciona.

miércoles, noviembre 1

Jamón

¿Es cierto que en vuestro país hay galletas de jamón ibérico? ¿Alguien me podría enviar un par de paquetes, eso sí, camuflados como si fuera comida de régimen?