La ONG
Recibo un SMS con publicidad que me informa que hay una ONG que se llama “Picos sin fronteras” y que creo que se dedica a rehabilitar toxicómanos. Tomo la dirección y me acerco a su sede. Estos chicos de la operadora telefónica son buena gente, se nota que están para servir a sus clientes, ya hasta adivinan las necesidades. Cojo el metro y me voy al extrarradio. Cuando llego a la puerta me asusto. El local tiene muy mala pinta, dado que es un chamizo semiabandonado que huele a perros. Aún así me armo de valor y pico a la puerta. Oigo una voz familiar que me dice “pase”, y cuando entro me ponen un trapo con cloroformo en la nariz y me drogan...